viernes, 17 de diciembre de 2010

Otra historia de corrupción e ineficiencia

En Tlaxco, durante el trienio del Lic. Silvestre Velazquez, su director de desarrollo agropecuario llamado Humberto Hernández González, ideo un proyecto para desarrollar la agricultura en su jurisdicción, mediante la instalación de invernaderos, que no es más que agricultura intensiva protegida, escogió a 24 campesinos de diferentes localidades como Atotonilco, Casa Blanca, La Unión, colonia El Sabinal de Tlaxco y otros más, los convenció de las bondades del sistema de producción, para tal efecto, el municipio a través del programa de activos productivos aportaba a fondo perdido un porcentaje de la inversión total, pero como era totalmente insuficiente les contrato un crédito bancario con Banorte, una vez con los recursos en mano persuadió a los productores a contratar todos con un constructor de invernaderos denominado Invermaleno S.A. desde luego amigo y conocido del director de desarrollo agropecuario y de los burócratas que manejan la agricultura en el estado, pero esta empresa recomendada, lo primero que hizo después de que los campesinos le entregaron los cheques, inicio la construcción de los invernaderos sin terminar ninguno, y de pronto se fugo del estado con el dinero, primer fraude, aquí se inicio el calvario de estos campesinos, vueltas, gestiones, platicas en SEFOA, en SAGARPA, en Gobernación, en el municipio, etc., la empresa Invervaleno incluso se burlo de gobernación dejando un cheque como garantía guardado en la subsecretaria técnica de gobierno, cheque que no tenía fondos. Queriendo componer las cosas el Delegado de la Sagarpa, les prometió que les apoyaría para componer los maltrechos invernaderos, pero ahora él mismo les recomendó a otra constructora conocido y amigo de él, y para ello con fondos del programa activos productivos y recursos de los productores, entrego a esta constructora el proyecto de componer los incompletos invernaderos y, que curioso, pero volvió a suceder lo mismo, ésta constructora jamás cumplió con su proyecto, segundo fraude, el caso es que en la actualidad los invernaderos no están completos ni pueden producir en forma optima, pero ahora para acabar este drama, el Banco exige sus pagos y ha empezado a embargar los bienes que quedaron como garantía, y los campesinos desesperados ahora no saben que hacer, pues no pueden pagar la deuda, y desde luego los delegados de SAGARPA y SEFOA se declaran incompetentes para apoyar a los campesinos.

Esta historia es una muestra de lo que ha diario sucede con los recursos del pueblo empleados para desarrollar la agricultura, los burócratas sacan tajada, pues todo mundo sabe que tras bambalinas hay acuerdos con los contratistas, estos después de tener el dinero, no entregan las obras completas a sabiendas que nadie los va castigar, el banco por su lado no le interesa si los campesinos pueden pagar su deuda, sólo les interesa recuperar sus prestamos a intereses onerosos, si se pide una restructuración de la deuda, ante la imposibilidad de pagar a tiempo en fin estos no pierden, tienen sus salarios asegurados, sus ganancias amarradas y la impunidad para las fechorías protegida, pero el campesino tiene que fletarse, trabajar mucho tiempo para pagar las deudas, producir bastante y barato, y aparte, tronarse los dedos y sufrir insomnio, y varios de ellos venderán su exiguo patrimonio para pagar sus deuda y jamás volverán a producir.

Pero por si pudiesen producir bien los productores, aislados, sin medios para vender bien sus cosecha de jitomate u otra hortaliza, sin otros créditos para insumos, sin conocimientos completos sobre la agricultura protegida, sin técnicos preparados, sin un proyecto viable seguramente fracasaran como empresarios, y volverán a producir maíz y frijol como al principio, y así nunca saldremos del circulo de la pobreza y nunca podremos construir un campo productor y eficiente, y lo peor que nadie esta realmente preocupado por resolver el problema del campo, los campesinos sobran, no importa el costo social y económico que esto signifique.

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