miércoles, 20 de octubre de 2010

Todo un calvario, por alcanzar "sueño americano"

No cabe duda, que todos los indocumentados que se encuentran en las calles de Apizaco y cercanías de las vías férreas que comunican de Apizaco hacia Tlaxco o Huamantla, pasan un verdadero via crucis con tal de alcanzar su sueño, el tener una mejor calidad de vida para ellos y los suyos.

Todo comienza desde la partida de, Guatemala, Honduras, Belice, El Salvador, entre otros países. El alcanzar la frontera de México con E.U. para ellos significa un logro inmenso, ya que el cruzar esta frontera representa, encontrar las oportunidades que no tienen en sus respectivos países, y acabar con las carencias en sus hogares.

Cada inmigrante que logra pasar la frontera sur de nuestro país, es sujeto de múltiples abusos por parte de "las autoridades de migración y policía", y aquí les contamos una historia de unos inmigrantes Hondureños, que nos encontramos en una de las calles principales de Apizaco, justo a la altura del 'mercado viejo', esto para que nos demos cuenta de todo el sufrimiento que les representa cruzar el territorio mexicano.

Nos encontrabamos comiendo en el mercado unos tacos de barbacoa, cuando en eso nos abordaron dos persona para pedirnos una moneda, una mujer y un hombre de 28 y 31 años, inmediatamente nos percatamos que se trataba de inmigrantes por su ropa sucia, y acento. Les dijimos (como muchos), que no teníamos dinero, e insistieron en que les ayudaramos, que venían desde Honduras y que llevaban 2 días sin comer, ante ese comentario y ver su cara de suplica, accedimos a su petición, pero en vez de darles una moneda, decidimos invitarles un taco, el cual aceptaron inmediatamente.

Ya una vez sentados a un lado de nosotros, les preguntamos su país de origen, nos respondieron que venían de una población de La Esperanza, en Honduras, "me llamo Rigoberto Nuñez y ella es mi esposa Mari", les preguntamos sobre su travesía y nos respondieron que era muy difícil, sobre todo cuando llegaban a territorio Mexicano, ya que justo en la frontera sur de nuestro país con Guatemala, es donde empieza lo difícil, y preguntamos ¿porque?, ante lo cual se voltearon a ver, y nos respondió Rigoberto; "cuando pisamos su país, (en Tapachula, Chiapas) nos agarraron los de migración, junto a otros cinco -indocumentados- que venían con nosotros, nos subieron a una camioneta con maltratos e insultos, ya una vez en camino a migración, se detuvo la patrulla y nos pidieron todo el dinero que llevaban a cambio de dejarlos pasar, por lo que aceptamos a dicha petición con tal de continuar nuestro camino, -agrega- "a nosotros nos quitaron algo equivalente a 1,200 pesos mexicanos, de hecho mi esposa, traía un poco mas de dinero guardado en su brasier, pero también no lo quitaron mas adelante, dijo con un tono mas amargo".

Nos comento que el dinero restante les fue arrebatado un poco mas adelante, nuevamente los agarro personal de migración en la carretera de Villahermosa a Veracruz, y ahí fueron victimas de un mayor abuso, ya que luego de quitarles el poco dinero que les quedaba ($450 pesos) los subieron a la patrulla y los llevaron a unos cuartos donde los encerraron, poco después, dos uniformados se llevaron a su esposa y la violaron, para finalmente dejarlos libres.

Ante esto, nos quedamos atónitos, sin palabras, la señora comenzó a llorar y dijo: "de no ser por los dos hijos que dejamos en nuestro país, por la necesidad económica que tenemos y con tal de continuar nuestro viaje y no nos deportaran, accedí a tener relaciones sexuales con ellos, puesto que sino accedía me amenazaban con deportarme, y todo los que ya habíamos pasado hubiera sido en vano". Asi es como se manejan estos "maleantes", porque no se les puede llamar policías, que los tratan como sino fueran seres humanos.

Terminaron de comer (cada uno se comió 3 tacos), el primero se lo comieron con tal ansiedad que, ahí nos dimos cuenta de todo lo que pasan, con tal de alcanzar "el sueño americano".

Nos despedimos, al tiempo que ellos nos agradecían en múltiples ocasiones "nuestra ayuda", fue así como nos dieron -con su relato- sin querer, una idea de lo que pasa en nuestra frontera y de todos los abusos y discriminación a los que son sujetos. Lo mas curioso, es que pedimos que las autoridades de E.U., no maltraten a los nuestros, pero por otro lado, nuestras "autoridades" hacen EXACTAMENTE LO MISMO con nuestros vecinos.

Cada uno de los indocumentados que pasan por nuestro país, seguramente tienen una historia diferente que contar, que lastima que muchos se aprovechan de ellos y por si fuera poco, ahora hay muchos farsantes que se hacen pasar por indocumentados, vistiéndose y hablando como ellos, con tal de ganarse unas monedas, creando esto la desconfianza de la gente que les regala una moneda y al mismo tiempo les genera un obstáculo mas en su penoso trayecto por nuestro país.

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