lunes, 9 de enero de 2012

Héctor Ortiz, de poderoso y burlón a ‘perseguido’

Después de estas no sé si merecidas pero sí necesarias vacaciones regresamos a Tlaxcala con una noticia que, cuando la vimos en El Sol de Tlaxcala, francamente nos dejó más que sorprendidos.

Muy temprano leímos que el ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, el poderoso político y hoy precandidato del Partido Acción Nacional (PAN) al Senado de la República, solicitó el amparo de la justicia federal contra cualquier acto legal, entiéndase una orden de aprehensión, que pudiera enfrentar de la administración del priísta Mariano González Zarur.
Aquí retomo algunos párrafos.

Sin el fuero que le daba la gubernatura y sin la protección de su grupo político que ya lo ha dejado solo, Ortiz Ortiz acusó ante el juez federal que el gobernador Mariano González y la procuradura General de Justicia, Alicia Fragoso Sánchez, emprendieron “una campaña de persecusión, intimidación, acoso, amenazas y desprestigio a mi persona, familiares y colaboradores cercanos”.

Atrás quedó el Héctor Ortiz poderoso, burlón y hasta irónico que presumía de sus conocimientos jurídicos y que nadie podía enjuiciarlo, pero que ahora, cual ‘corderito’ se queja ridículamente de ser un ‘perseguido político’.

¿Y los dos mil millones perdidos?

La solicitud de amparo nos permitió saber con precisión que Ortiz Ortiz enfrenta un procedimiento de responsabilidad ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) con el número 116/2011/DJ/DRA por presuntos malos manejos administrativos y financieros.

Él, cómo era de esperarse, jura y perjura que “no se ha demostrado mi probable responsabilidad por encontrarse en trámite aunque ante el temor fundado de que exista esta resolución que me sanciona administrativamente me veo en la imperiosa necesidad de acudir ante esta instancia y solicitar el amparo y protección de la justicia federal en contra de las autoridades señaladas como responsables tanto ordenadoras como ejecutoras, ya que de ser cierto dicho acto deviene de ilegal al no haberme sido llamado a juicio, oído y vencido dejándome en estado de indefensión respecto de las supuestas causas de responsabilidad administrativa que se me atribuyen”.

Miente Ortiz cuando afirma que no ha sido notificado e informado de esta sanción que enfrenta. Tenemos conocimiento de que incluso funcionarios de la SFP han notificado personalmente y en presencia de un notario a Héctor Ortiz que debe justificar el manejo irregular de casi dos mil millones de pesos que no han sido hallados en la administración estatal.

¿Acosado?

Ante el juez federal Ortiz Ortiz alegó: “es del dominio público que en la mayoría de sus intervenciones públicas y actos (Mariano González) hace alarde que procederá en mi contra y en contra de diversos funcionarios y servidores públicos de la administración estatal pasada”.

Y agregó: “esa actitud ha generado en mi persona y en mi familia acciones de molestia cortándome la libertad de asistir a lugares públicos en donde ha sido notoria la presencia de elementos de la Secretaría de Gobernación, de la Policía Ministerial y Estatal al grado de que, a donde me presento, me sacan fotografías, películas y video para posteriormente exhibirlos en los medios de comunicación sin mi consentimiento”.

Argumentó incluso que elementos de las Policías Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), de la Secretaría de Seguridad Pública y de Gobierno (Segob) rondan por su domicilio a bordo de diversos vehículos particulares y oficiales, “y nos han llegado a decir que por órdenes del Gobernador y de la Procuradora tienen la consigna de vigilarnos y en un momento dado llegar a privarnos de nuestra libertad por lo que tanto a mis familiares como a colaboradores he solicitado mesura y tolerancia ante tales actos”.

En lugar de hacerse el mártir, Ortiz Ortiz debería explicar dónde está el dinero que falta en Tlaxcala y que tiene sumida a la entidad en una severa crisis económica; por qué benefició a sus cuates con obras públicas, por qué las obras quedaron mal hechas y por qué tenía a toda su familia incrustada en el gobierno.
No es Ortiz, aunque ahora quiere aparentarlo, una ‘alma de la caridad’.

DURO Y DIRECTO
Jorge Ramírez renunció a la dirección de Pensiones Civiles del gobierno de Tlaxcala simple y sencillamente porque no dio el ancho.
No supo cómo resolver los problemas financieros que enfrenta esa dependencia que ya es para la actual administración estatal una ‘bomba de tiempo’que si no toman medidas urgentes explotará en cualquier momento.

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