miércoles, 18 de abril de 2012

Victoria Dorantes en libros de México


¿Recuerda la imagen de los antiguos libros de texto, donde se veía a una mujer con los brazos abiertos; sosteniendo en una mano la bandera mexicana y en la otra un libro abierto? Pues esa mujer fue Victoria Dorantes, en ese entonces tenía 19 años y era mesera de un bar. Ahora, la diputada Oralia López quiere que ese nombre se inscriba con letras de oro en el Muro de Honor de la Cámara baja.

La legisladora panista recordó que en 1959 por decreto del presidente Adolfo López Mateos, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), cuyo objetivo fue editar y distribuir libros escolares para todos los niños que cursaban la primaria.

En la portada de esos libros de debía reflejar el nacionalismo mexicano, para lo que se convocó a grandes muralistas de la época, a los que se propuso pintar cuadros con características específicas referentes a los símbolos patrios o pasajes de la historia.

“La primera obra que llegó a manos de los niños mexicanos fue la de Alfredo Zalce, la cual retrata al pueblo armado dispuesto a la lucha por un cambio, nos muestra también un campo productivo y una industria floreciente. Dos años después se decide modificar estas portadas con una obra de Jorge González Camarena: La patria, originalmente un óleo sobre tela, realizado en 1962” y que muestra a dicha mujer reflejando el mestizaje indígena.

Esa imagen estuvo vigente en los libros de texto durante 10 años y se editaron 400 millones de ejemplares.

“La mujer que posó como modelo para esta pintura fue Victoria Dorantes, quien también personificó otras obras de González Camarena, entonces de 19 años, originaria de Tlaxco, Tlaxcala. Victoria Dorantes era mesera de un bar a donde acudían pintores e intelectuales de la talla de Diego Rivera”, explicó la diputada.

Añadió que Victoria Dorantes en muchas obras pictóricas, incluida la serie La cultura humana, donde aparece completamente desnuda al lado de otras mujeres. Obra que también se inmortalizó en un timbre postal en octubre de 1992.

“El timbre se vendió en 7 mil pesos de ese tiempo y prácticamente fue acaparado por los coleccionistas. Tampoco en esta ocasión se hizo señalamiento alguno a Victoria Dorantes, ni su nombre, ni su origen, ni su vida”, dijo la legisladora, por lo que propuso que su nombre sea inscrito con letras de oro en el recinto de la Cámara de Diputados federal.

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