La cerámica localizada en estos sitios es típicamente teotihuacana, en las que predominan la monocroma, en café de varios tonos, negro y rojo, las figurillas y algunos candeleros son al igual que la cerámica teotihuacanos. A pesar de ello, la calidad no es la misma, pero sí utilizaron buena parte de objetos con las mismas características.
Sin embargo, no se debe pensar que en el área no existieron asentamientos propiamente Tenanyecac, pues de lo contrario no sería posible explicar el proceso cultural que comienza con el Complejo Acopinalco y concluye con las culturas Tlaxco, Tlaxcala, Tlaxcala-Tlaxco y Tlaxcala, e involucran a otros grupos. Es durante esta primera parte de la fase Texcalac que se manifiesta la confluencia de diversos grupos en el norte de Tlaxcala: mixtecos, olmecas-xicalancas, tajinoides, otomíes, teotihuacanos, entre otros, concretamente en la región de Tlaxco; confluencia que a decir de Merino Carrión está sustentada en el conflicto por obtener la supremacía y el control regional. La confluencia de esta diversidad cultural se identifica como Complejo Acopinalco. En relación con este complejo cultural se han podido identificar dos momentos; el primero de ellos abarca del 650 al 750 d.c., y observa una fuerte influencia de los grupos procedentes del Tajín, los que ocupan alrededor de 70 asentamientos, agrupados en tres bloques: Acopinalco-Tezoyo, el que era controlado por un pueblo grande; el de la Sierra de Tlaxco, que tiene un pueblo “civil” fortificado y el de Capulac, controlado por un pueblo fortificado con tradición teotihuacana. La segunda parte del Complejo Acopinalco abarca del año 750 al 850 d.c., y es controlado fundamentalmente por grupos xicalancas, mixtecos y otomíes, que obligan a los del Tajín, a abandonar los territorios.
Es difícil identificar la preeminencia de algún grupo en particular, sin embargo, parece prevalecer un cierto dominio de los grupos olmecas-xicalancas, aunque no siempre se puede afirmar dicha situación; se ha llegado incluso a identificar dos tradiciones culturales distintas entre sí y ajenas a la anterior: la mixteca y la propiamente perteneciente al Complejo Acopinalco. Estos grupos, presentan una marcada inestabilidad política y se encuentran en lucha continua por obtener el control regional.
En la parte norte un grupo toma el control y se establece de manera definitiva; éstos, son grupos de otomíes huastequizados que se establecen de forma permanente y dan forma y contenido a la llamada cultura Tlaxco que se identifica con el señorío de Tliliuhquitepec. Al respecto, se tiene que ya desde el Complejo Acopinalco se había señalado la presencia de grupos de filiación huasteca u otomí en el área noroeste de Tlaxcala, los que se asientan definitivamente en el área alrededor del año 850 d.c., y logran consolidarse hacia el año 900 d.c., Su presencia homogeniza los elementos culturales y da paso a la llamada cultura Tlaxco. Los asentamientos se multiplican y comienzan a crecer.
Para esta primera parte se cuenta ya con 30 asentamientos, en su mayoría rurales, existiendo algunos centros secundarios. Estos conforman desde finales del siglo IX y principios del X, el señorío de Tliliuhquitepec.
Sin embargo, no se debe pensar que en el área no existieron asentamientos propiamente Tenanyecac, pues de lo contrario no sería posible explicar el proceso cultural que comienza con el Complejo Acopinalco y concluye con las culturas Tlaxco, Tlaxcala, Tlaxcala-Tlaxco y Tlaxcala, e involucran a otros grupos. Es durante esta primera parte de la fase Texcalac que se manifiesta la confluencia de diversos grupos en el norte de Tlaxcala: mixtecos, olmecas-xicalancas, tajinoides, otomíes, teotihuacanos, entre otros, concretamente en la región de Tlaxco; confluencia que a decir de Merino Carrión está sustentada en el conflicto por obtener la supremacía y el control regional. La confluencia de esta diversidad cultural se identifica como Complejo Acopinalco. En relación con este complejo cultural se han podido identificar dos momentos; el primero de ellos abarca del 650 al 750 d.c., y observa una fuerte influencia de los grupos procedentes del Tajín, los que ocupan alrededor de 70 asentamientos, agrupados en tres bloques: Acopinalco-Tezoyo, el que era controlado por un pueblo grande; el de la Sierra de Tlaxco, que tiene un pueblo “civil” fortificado y el de Capulac, controlado por un pueblo fortificado con tradición teotihuacana. La segunda parte del Complejo Acopinalco abarca del año 750 al 850 d.c., y es controlado fundamentalmente por grupos xicalancas, mixtecos y otomíes, que obligan a los del Tajín, a abandonar los territorios.
Es difícil identificar la preeminencia de algún grupo en particular, sin embargo, parece prevalecer un cierto dominio de los grupos olmecas-xicalancas, aunque no siempre se puede afirmar dicha situación; se ha llegado incluso a identificar dos tradiciones culturales distintas entre sí y ajenas a la anterior: la mixteca y la propiamente perteneciente al Complejo Acopinalco. Estos grupos, presentan una marcada inestabilidad política y se encuentran en lucha continua por obtener el control regional.
En la parte norte un grupo toma el control y se establece de manera definitiva; éstos, son grupos de otomíes huastequizados que se establecen de forma permanente y dan forma y contenido a la llamada cultura Tlaxco que se identifica con el señorío de Tliliuhquitepec. Al respecto, se tiene que ya desde el Complejo Acopinalco se había señalado la presencia de grupos de filiación huasteca u otomí en el área noroeste de Tlaxcala, los que se asientan definitivamente en el área alrededor del año 850 d.c., y logran consolidarse hacia el año 900 d.c., Su presencia homogeniza los elementos culturales y da paso a la llamada cultura Tlaxco. Los asentamientos se multiplican y comienzan a crecer.
Para esta primera parte se cuenta ya con 30 asentamientos, en su mayoría rurales, existiendo algunos centros secundarios. Estos conforman desde finales del siglo IX y principios del X, el señorío de Tliliuhquitepec.
la neta don ernesto es un ratero, talador, corrupto y traficante, si pierde rosalinda se nos iba el pinto.
ResponderEliminar