Los presentadores británicos de un programa de coches expresan prejuicios y estereotipos y causan indignación Un comentarista dice en Twitter que México sólo ha dado "comida de mierda y hedor corporal"
El humor canalla de los presentadores de 'Top Gear', programa automovilístico de la BBC, ha estado a punto de causar un incidente diplomático entre México y el Reino Unido. Aunque la cuestión no pasó a mayores, el rifirrafe sacó a relucir lo peor de cada casa: la hipersensibilidad patriótica de los mexicanos, que a menudo roza el nacionalismo más ramplón, y la prepotencia británica, cuando disfraza de ironía sus prejuicios.
En el espacio del pasado 30 de enero, Top Gear –que se emite en más de 30 países y tiene una audiencia estimada en 350 millones de personas– presentó el Mastretta MXT, un deportivo de fabricación mexicana, apodado ese día como “la tortilla” y caricaturizado con todos los clichés de manual.
“Los coches reflejan las características de las naciones, ¿no es así?... Los coches alemanes están muy bien construidos y son extremadamente eficientes; los italianos son un poco ostentosos y rápidos; los mexicanos serán perezosos, irresponsables, flatulentos, con sobrepeso, recargados en una valla para dormir, mirando un cactus y con una manta encima con un agujero en medio que sirve de abrigo”, dijo Richard Hammond, mientras sus dos compañeros hacían comentarios despectivos sobre la comida mexicana y las prestaciones del coche. “¡Guau! ¡Tiene dirección!”, se cachondeó James May. Jeremy Clarkson añadió: “No habrá problema, porque el embajador mexicano está así –roncando– y no se va a quejar”.
Pero sí lo hizo. Exigió disculpas por los comentarios “xenófobos, humillantes e inaceptables” de los tres presentadores. En México hubo encendidas defensas del “honor patrio”, pero también autocrítica. En plena polémica –que llegó al Senado mexicano y a la Cámara de los Comunes–, James May, lejos de retractarse, atizaba el fuego en Twitter: “Aparte de Speedy González, los mexicanos no han dado al mundo más que comida de mierda y hedor corporal”.
La salida de tono de May quizás precipitó la respuesta de los productores de Top Gear. “Ofrecemos una disculpa a todas las personas a quienes pudiéramos haber ofendido. Las bromas centradas en los estereotipos nacionales son parte del humor que se maneja en Top Gear y del sentido del humor que caracteriza a nuestro país. Pueden ser groseras y pesadas, pero nunca ha existido malicia en nuestros comentarios”, expresaron en una carta al embajador mexicano en Londres, Eduardo Medina. El Parlamento británico exigió a la BBC una disculpa oficial pública con carácter urgente.
Vean lo que dijeron en este programa, copien el siguiente link en su navegador...
http://www.youtube.com/watch?v=BfdxvDodvXQ&feature=related
El humor canalla de los presentadores de 'Top Gear', programa automovilístico de la BBC, ha estado a punto de causar un incidente diplomático entre México y el Reino Unido. Aunque la cuestión no pasó a mayores, el rifirrafe sacó a relucir lo peor de cada casa: la hipersensibilidad patriótica de los mexicanos, que a menudo roza el nacionalismo más ramplón, y la prepotencia británica, cuando disfraza de ironía sus prejuicios.
En el espacio del pasado 30 de enero, Top Gear –que se emite en más de 30 países y tiene una audiencia estimada en 350 millones de personas– presentó el Mastretta MXT, un deportivo de fabricación mexicana, apodado ese día como “la tortilla” y caricaturizado con todos los clichés de manual.
“Los coches reflejan las características de las naciones, ¿no es así?... Los coches alemanes están muy bien construidos y son extremadamente eficientes; los italianos son un poco ostentosos y rápidos; los mexicanos serán perezosos, irresponsables, flatulentos, con sobrepeso, recargados en una valla para dormir, mirando un cactus y con una manta encima con un agujero en medio que sirve de abrigo”, dijo Richard Hammond, mientras sus dos compañeros hacían comentarios despectivos sobre la comida mexicana y las prestaciones del coche. “¡Guau! ¡Tiene dirección!”, se cachondeó James May. Jeremy Clarkson añadió: “No habrá problema, porque el embajador mexicano está así –roncando– y no se va a quejar”.
Pero sí lo hizo. Exigió disculpas por los comentarios “xenófobos, humillantes e inaceptables” de los tres presentadores. En México hubo encendidas defensas del “honor patrio”, pero también autocrítica. En plena polémica –que llegó al Senado mexicano y a la Cámara de los Comunes–, James May, lejos de retractarse, atizaba el fuego en Twitter: “Aparte de Speedy González, los mexicanos no han dado al mundo más que comida de mierda y hedor corporal”.
La salida de tono de May quizás precipitó la respuesta de los productores de Top Gear. “Ofrecemos una disculpa a todas las personas a quienes pudiéramos haber ofendido. Las bromas centradas en los estereotipos nacionales son parte del humor que se maneja en Top Gear y del sentido del humor que caracteriza a nuestro país. Pueden ser groseras y pesadas, pero nunca ha existido malicia en nuestros comentarios”, expresaron en una carta al embajador mexicano en Londres, Eduardo Medina. El Parlamento británico exigió a la BBC una disculpa oficial pública con carácter urgente.
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