sábado, 15 de enero de 2011

Lo que mal empieza....

El trienio de Manuel Sosa Salinas desde antes de la elección siempre estuvo plagado de soberbia, prepotencias y vejaciones a los ciudadanos de nuestro querido municipio, mucha gente estaba convencida de que habría un cambio, de que era un tipo que nos pudiera sacar del rezago en que se encontraba.

Tipos como Jorge Hernández Nolasco, Juan Tapia, Cesareo Rodríguez, Roberto Zamora, Flavio Matamoros, Banjamín Domínguez y familia (que es mucha, por cierto), Maurilia y muchos otros más apostaron a su favor.

La elección la ganó de manera muy estrecha y esto gracias a que en el camino encontró a Ernesto Muñoz y familia, así como Santiago Morales y su gente.

Estos dos personajes son copartícipes de la gran estafa que tuvo el ayuntamiento en el pasado período, ya que ambos prefirieron a Manuel que a Sergio Hernández, quien posiblemente (eso nadie lo sabe) hubiera hecho mejor papel Sosa Salinas.

El primer gran error de la familia Salinas fue tratar de colocar a toda su familia en puestos clave, lo que daba lugar al nepotismo que se denunció oportunamente, y que los regidores y el cabildo en pleno soportaron durante un buen tiempo.

A los coordinadores les bajó el sueldo, tan es así que Jorge Hernández tomó la coordinación de Educación y la del deporte, pero su sueldo no era lo de las dos coordinaciones, sino que le bajaron el sueldo de la mejor pagada que era la de Educación. La intención era que las jefaturas de primer nivel ganaran sueldos ostentosos y groseros para la gran mayoría de los empleados, ya que por ejemplo el asesor técnico, Flavio Matamoros, sin estar presente en la administración o al menos pisar la presidencia ganaba un sueldo de $17,000 brutos.

No se diga del tesorero, del síndico y del Secretario General, cuyos sueldos estaban cerca de los $40,000. y pues el presidente ganaba un poco más.

Con el tiempo corrió a Jorge Hernández, caso que también se denunció por este medio, y que causó la molestia del mismo Jorge, pero que el tiempo nos daría la razón.

Gente como Carmen Márquez, Lilia Gómez, Porfirio Hernández, José Luis López Hernández, Juan Manuel Domínguez, y los demás integrantes del cabildo, deberían estar inhabilitados de por vida para ocupar un cargo administrativo o político en cualquier instancia política.

Recuerdo perfectamente que mientras Manuel tomaba posesión, su síndico suplente exigía y proliferaba epítetos no muy gratos a Silvestre Velázquez, pedía sus quincenas y su finiquito, tres años después, la rueda de la fortuna lo puso en la misma situación y el pasado 14 de Enero fue retenido por los trabajadores del ayuntamiento, para exigirle les pagaran su quincena.

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