La benevolencia del futbol mexicano le volvió a sonreír a los Pumas de la UNAM, que en su última carta lograron imponerse 1-0 a las Águilas del América en el cierre de la fecha 17 del Apertura 2010, para de esta forma, conseguir su pase a la liguilla.
Los universitarios, que hasta ahora no habían sumado un solo triunfo como visitantes, salieron vencedores del estadio Azteca con un resultado que le quitó el invicto al América como locales tras 25 partidos sin perder, y de paso, sumaron la misma cifra en puntos para arrebatarle la última plaza de los cuartos de final a los Tigres de Monterrey, dirigidos por Ricardo Ferretti, su ex técnico.
La suerte fue otro factor que acompañó a los felinos, en un encuentro en el que si bien es cierto que fueron contundentes al concretar su única aproximación clara de gol, también lo es que el América dejó escapar más de tres ocasiones en las que pudo haberse puesto al frente en el marcador.
Primero fue el delantero Matías Vuoso, quien de forma increíble abanicó frente a la portería que defendió el veterano portero Sergio Bernal, cuando sólo se había disputado un minuto de juego.
Posteriormente, un potente disparo de Enrique Esqueda pegó en el poste izquierdo tras un leve desvío del portero universitario, todo esto, provocado por los huecos defensivos derivados de una línea conformada por sólo tres elementos.
La intensidad con la que el América inició el partido sorprendió a los Pumas, muy seguramente porque esperaban encontrarse con un rival encerrado en su área, dado que su pase ya estaba por demás asegurado, pero que no dejó pasar por alto la rivalidad deportiva que existe entre estas dos grandes instituciones.
Así, los felinos apostaron por mantener los embates de las Águilas hasta lograr acomodarse en el terreno de juego, lo que curiosamente ocurrió, pero hasta después del minuto 11, cuando el paraguayo Darío Verón supo capitalizar un error del también defensivo Aquivaldo Mosquera, quien dejó botar el balón dentro del área y culminó dentro de la portería que defendió Guillermo Ochoa.
El mérito siempre fue de los locales, al menos en cuanto a la propuesta ofensiva se refiere, ya que Pumas supo cerrar su línea defensiva e inquietar al rival con los contragolpes que comandó el argentino Martín Bravo con su ya característica velocidad al conducir el balón. Poco a poco, los dirigidos por Manuel Lapuente se fueron desesperando ante la situación de tener el balón, pero no contundencia frente a la portería del rival, lo que incluso llegó a transmitirse en la afición, cuando el partido perdió intensidad en los últimos minutos del primer tiempo.
Alguna variante tenía que haber para la segunda parte, y como si el América fuera el necesitado del triunfo, Lapuente mandó su primer cambio al darle ingreso a Ángel Reyna en lugar del delantero Daniel Márquez.
El cambio fue el idóneo, por lo menos para el espectáculo, ya que el encuentro se volvió de ida y vuelta, lo que puso a los seguidores de ambos equipos a disfrutarlo al borde de sus butacas pese a que el marcador ya no cambió.
Pumas arriesgó, concretó, ganó y calificó ante un América que fue mucho más incisivo, pero que al igual que ante Cruz Azul y Chivas, otros de sus grandes rivales, fue incapaz de hacerse presente en el marcador.
Así, los Pumas se medirán al Cruz Azul en los cuartos de final, mientras que las Águilas se enfrentarán al San Luis.
Los universitarios, que hasta ahora no habían sumado un solo triunfo como visitantes, salieron vencedores del estadio Azteca con un resultado que le quitó el invicto al América como locales tras 25 partidos sin perder, y de paso, sumaron la misma cifra en puntos para arrebatarle la última plaza de los cuartos de final a los Tigres de Monterrey, dirigidos por Ricardo Ferretti, su ex técnico.
La suerte fue otro factor que acompañó a los felinos, en un encuentro en el que si bien es cierto que fueron contundentes al concretar su única aproximación clara de gol, también lo es que el América dejó escapar más de tres ocasiones en las que pudo haberse puesto al frente en el marcador.
Primero fue el delantero Matías Vuoso, quien de forma increíble abanicó frente a la portería que defendió el veterano portero Sergio Bernal, cuando sólo se había disputado un minuto de juego.
Posteriormente, un potente disparo de Enrique Esqueda pegó en el poste izquierdo tras un leve desvío del portero universitario, todo esto, provocado por los huecos defensivos derivados de una línea conformada por sólo tres elementos.
La intensidad con la que el América inició el partido sorprendió a los Pumas, muy seguramente porque esperaban encontrarse con un rival encerrado en su área, dado que su pase ya estaba por demás asegurado, pero que no dejó pasar por alto la rivalidad deportiva que existe entre estas dos grandes instituciones.
Así, los felinos apostaron por mantener los embates de las Águilas hasta lograr acomodarse en el terreno de juego, lo que curiosamente ocurrió, pero hasta después del minuto 11, cuando el paraguayo Darío Verón supo capitalizar un error del también defensivo Aquivaldo Mosquera, quien dejó botar el balón dentro del área y culminó dentro de la portería que defendió Guillermo Ochoa.
El mérito siempre fue de los locales, al menos en cuanto a la propuesta ofensiva se refiere, ya que Pumas supo cerrar su línea defensiva e inquietar al rival con los contragolpes que comandó el argentino Martín Bravo con su ya característica velocidad al conducir el balón. Poco a poco, los dirigidos por Manuel Lapuente se fueron desesperando ante la situación de tener el balón, pero no contundencia frente a la portería del rival, lo que incluso llegó a transmitirse en la afición, cuando el partido perdió intensidad en los últimos minutos del primer tiempo.
Alguna variante tenía que haber para la segunda parte, y como si el América fuera el necesitado del triunfo, Lapuente mandó su primer cambio al darle ingreso a Ángel Reyna en lugar del delantero Daniel Márquez.
El cambio fue el idóneo, por lo menos para el espectáculo, ya que el encuentro se volvió de ida y vuelta, lo que puso a los seguidores de ambos equipos a disfrutarlo al borde de sus butacas pese a que el marcador ya no cambió.
Pumas arriesgó, concretó, ganó y calificó ante un América que fue mucho más incisivo, pero que al igual que ante Cruz Azul y Chivas, otros de sus grandes rivales, fue incapaz de hacerse presente en el marcador.
Así, los Pumas se medirán al Cruz Azul en los cuartos de final, mientras que las Águilas se enfrentarán al San Luis.
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