Jesús Aranda y Gustavo Castillo
Periódico
La Jornada
Ezequiel Elizalde Flores, una de
las víctimas de Florence Cassez y de su novio Israel Vallarta, líder de la
banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco, afirmó: Este país para mí no
existe más. Todo fue una porquería. Me voy de aquí.
Entrevistado al termino de la
sesión en la cual la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) concedió el amparo y protección de la justicia federal a Florence
Cassez, y con ello canceló una sentencia de 60 años de prisión que le dictaron
jueces mexicanos al encontrarla culpable de secuestro, la víctima de plagio
señaló: Esto ha sido una pesadilla que hoy concluye con una injusticia. Es
increíble que esto haya ocurrido y que el tribunal donde se supone que respetan
los derechos humanos hubiera decidido la liberación de una secuestradora.
Acompañado por integrantes de la
organización civil Alto al Secuestro, Ezequiel Elizalde informó haber enviado
una carta al presidente Enrique Peña Nieto, en la cual le exponía su situación
de víctima de Florence Cassez y los integrantes de la banda de Los Zodiaco.
Los testimonios de Elizalde no
fueron cuestionados o puestos en duda durante el proceso penal y las
apelaciones que realizó la defensa de Cassez. En sus señalamientos dijo reconocer
plenamente y sin temor a equivocarme a mi secuestradora. Fue ella quien me dio
de comer en la primera casa de seguridad y ella misma me inyectó un dedo para
amputármelo y presionar a mi familia para el pago del rescate.
Ezequiel Elizalde pasó 65 días en
cautiverio. Durante varios meses vivió en la ciudad de Laredo, Texas, y viajó a
México para conocer la sentencia que emitiría la Suprema Corte sobre el amparo
promovido por Florence Cassez. Al terminar la sesión, aseguró: No volveré a
México, para mí ya no existe, es una porquería.
Los testimonios de Elizalde no
fueron cuestionados o puestos en duda durante el proceso penal y las
apelaciones que realizó la defensa de Cassez. En sus señalamientos dijo
reconocer plenamente y sin temor a equivocarme a mi secuestradora. Fue ella
quien me dio de comer en la primera casa de seguridad y ella misma me inyectó
un dedo para amputármelo y presionar a mi familia para el pago del rescate.
Ezequiel Elizalde pasó 65 días en
cautiverio. Durante varios meses vivió en la ciudad de Laredo, Texas, y viajó a
México para conocer la sentencia que emitiría la Suprema Corte sobre el amparo
promovido por Florence Cassez. Al terminar la sesión, aseguró: No volveré a
México, para mí ya no existe, es una porquería.